By TeamFable
Como todos los valores importantes, el vínculo entre tú y tu perro requiere tiempo y energía para crecer. Pasar deliberadamente tiempo de calidad con tu perrito y participar activamente en actividades que los acerquen puede allanar el camino hacia una amistad duradera.
El simple contacto visual puede ayudar mucho a establecer la confianza entre tú y tu mascota. Solo mirarse a los ojos puede aumentar la oxitocina, lo que ayuda a crear un sentido de conexión. Agregar contacto físico, como abrazar, puede ayudar a generar serotonina y profundizar aún más tu vínculo.
Acariciar a tu perro con propósito también puede ayudar mucho a crear un sentido de cariño incondicional. Asegúrate de tomarte el tiempo para entender lo que más les gusta y enfocar toda tu atención en ellos. Planifica actividades con tu perro y participa en juegos significativos (podemos enlazar aquí otro de nuestros artículos) para mejorar la calidad de su tiempo juntos.
Alimentar a tu perro y hacerlo con amor es fundamental para ganar su confianza. Además, pasar tiempo con ellos mientras comen o viéndolos mientras comen puede crear una atribución positiva hacia ti. No subestimes la importancia de pequeños gestos como este; pueden formar la base de tu vínculo.
Comunicarte claramente y permitirle a tu perro el espacio para comunicar sus necesidades también es crucial para construir un vínculo saludable. ¿Tu perro entiende tus comandos? ¿Responden rápidamente a tus llamados? ¿Son capaces de expresar sus necesidades de manera efectiva y segura? Estos son todos marcadores esenciales a tener en cuenta cuando intentas vincularte con tu perro.
Mientras intentas vincularte con tu perro, presta atención a cómo están respondiendo a ti. Sé consciente de su lenguaje corporal y expresiones, especialmente cómo muestran estrés e incomodidad. Saber lo que les gusta a tu perro puede ayudarte a reducir las actividades que los hacen más felices. Entender lo que tu perro no le gusta y respetar sus sentimientos también ayuda a mejorar su bienestar. Una excelente manera de empezar es considerar las cosas que la mayoría de los perros suelen no gustar, como los ruidos fuertes o los toques abrasivos.
Por encima de todo, recuerda siempre ser paciente con tu perro. Tomar en cuenta sus emociones puede ayudarlos a expresarse de manera segura contigo. Trata de mantener la calma tanto como sea posible a su alrededor. Los gestos enojados y los gritos pueden alterar a cualquiera en la cercanía, ya sea que estén dirigidos a ellos o no. Mantén la compostura para que tu perro pueda confiar en ti como una fuente de consuelo incondicional.